El trabajo bajo presión, desgraciadmante, es una realidad en muchos entornos laborales. Si bien un cierto nivel de exigencia puede ser motivador, cuando la presión se vuelve constante, el riesgo de burnout aumenta. En España, cerca del 40 % de los trabajadores han experimentado síntomas de agotamiento, según la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT). Este fenómeno impacta nuestra salud mental, la productividad y la calidad de vida.
El problema no es la presión en sí, sino la falta de estrategias para gestionar el estrés de manera saludable. En este artículo exploraremos:
1. CUÁNDO EL TRABAJO BAJO PRESIÓN SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA
Probablemente ya hemos experimentado que un nivel moderado de trabajo bajo presión puede impulsar nuestra productividad, pero cuando se vuelve crónico, aparecen síntomas como agotamiento emocional, ansiedad y problemas físicos.
Veamos algunas señales de alerta:
Irritabilidad constante o cambios de humor.
Dificultad para desconectar del trabajo incluso fuera del horario laboral.
Disminución de la motivación y sensación de estancamiento.
Problemas de memoria y concentración.
Dolores físicos persistentes, como cefaleas o tensión muscular.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el burnout es un síndrome derivado del estrés laboral crónico, es decir del trabajo bajo presión, caracterizado por agotamiento extremo, distanciamiento mental del trabajo y reducción del rendimiento profesional.
2. EL IMPACTO DE LOS EFECTOS DEL TRABAJO BAJO PRESIÓN SEGÚN DIFERENTES ENFOQUES TERAPÉUTICOS
La psicología ofrece diversas perspectivas para comprender cómo el trabajo bajo presión afecta la salud mental y psicológica:
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
Desde la TCC, el burnout se asocia con creencias irracionales sobre la productividad y el éxito. Pensamientos como “Si no trabajo al máximo, fracaso” pueden generar una autoexigencia extrema y contribuir al agotamiento.
Psicología Humanista
Este enfoque enfatiza la autenticidad y la autorrealización. Un trabajo que no se alinea con los valores personales puede generar una sensación de vacío y agotamiento físico y psicológico.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
La ACT propone aceptar que el estrés laboral es inevitable, pero sin dejar que defina la vida personal. Se enfoca en actuar según los propios valores, en lugar de intentar evitar el malestar a toda costa.
Enfoque Sistémico
Desde esta perspectiva, el burnout no solo depende del individuo, sino del entorno laboral. Un sistema de trabajo tóxico, desorganizado o poco colaborativo puede aumentar el riesgo de agotamiento.
3. ESTRATEGIAS PARA GESTIONAR EL TRABAJO BAJO PRESIÓN SIN DESCUIDAR EL BIENESTAR
Afrontar el trabajo bajo presión de manera saludable requiere estrategias concretas. Algunas de las más eficaces incluyen:
1. PRACTICAR MINDFULNESS PARA REDUCIR EL ESTRÉS
El mindfulness ayuda a mantener la atención en el presente y a reducir la rumiación mental. Estudios han demostrado que la meditación diaria, incluso por 5-10 minutos, disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Gestionamos mejor los miedos y las fantasías catastróficas.
2. ESTABLECER LÍMITES CLAROS ENTRE TRABAJO Y VIDA PERSONAL
Definir horarios específicos y evitar responder correos o elucubrar sobre temas del trabajo fuera de la jornada laboral contribuye a una mejor gestión del tiempo y reduce la sensación de estar "siempre disponible".
3. PRIORIZAR EL AUTOCUIDADO FÍSICO Y EMOCIONAL
Dormir bien, alimentarse de manera equilibrada y hacer ejercicio son pilares fundamentales para la gestión emocional ante la presión laboral.
4. UTILIZAR TÉCNICAS DE ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DEL TIEMPO
Métodos como la técnica Pomodoro (trabajar 25 minutos y descansar 5) o el uso de listas de tareas ayudan a mejorar la eficiencia sin caer en la sobrecarga mental.
5. CUESTIONAR CREENCIAS LIMITANTES SOBRE EL ÉXITO LABORAL
Reflexionar sobre frases como "Tengo que hacerlo todo perfecto" y reemplazarlas por "Hago lo mejor que puedo con los recursos que tengo" reduce la autoexigencia desmedida.
6. REALIZAR PAUSAS ACTIVAS DURANTE LA JORNADA
Levantarse, estirar o caminar unos minutos cada hora mejora la concentración y previene el agotamiento físico.
7. CULTIVAR REDES DE APOYO LABORALES Y PERSONALES
Conversar con compañeros sobre la carga laboral y compartir experiencias puede aliviar la sensación de aislamiento.
8. BUSCAR MOMENTOS DE DESCANSO REPARADOR
Actividades como leer, escuchar música o simplemente “no hacer nada” son esenciales para recargar energía.
9. EXPLORAR NUEVAS FORMAS DE TRABAJO MÁS FLEXIBLES
En algunos casos, puede ser útil negociar horarios más adaptativos o modalidades híbridas que permitan equilibrar mejor la vida personal y laboral.
10. CONSIDERAR UNA PAUSA PROFESIONAL PARA REEVALUAR PRIORIDADES
Si el agotamiento es extremo, puede ser necesario un período de descanso o incluso replantear la carrera profesional. Como dice el dicho: "A veces, dar un paso atrás es avanzar en la dirección correcta".
EJEMPLO PRÁCTICO
Marina, una diseñadora gráfica de 42 años, se daba cuenta de que su trabajo bajo presión estaba afectando su salud. Pasaba noches en vela preocupada por los plazos y su ansiedad era constante. Con mi acompañamiento hacia sus metas, decidió aplicar algunas estrategias:
Empezó a practicar mindfulness cada mañana por 10 minutos
Habló con su jefa para reorganizar tareas y establecer plazos realistas
Estableció la regla de no responder correos después de las 19:00
Se inscribió en clases de yoga para reducir la tensión física
Después de unos meses, notó que su ansiedad había disminuido y su productividad mejoró sin afectar su bienestar.
REFLEXIÓN
El trabajo bajo presión no es un enemigo, pero debe ser gestionado con inteligencia.
"Aquello a lo que te resistes, persiste. Lo que aceptas, se transforma." Carl Jung
¿Qué cambios podrías hacer hoy para reducir el impacto del estrés en tu vida?
Si sientes que el trabajo está afectando tu calidad de vida, solicitar una consulta psicológica puede ayudarte a recuperar el equilibrio.