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El síndrome del impostor

En un mundo cada vez más conectado virtualmente y competitivo en infinidad de aspectos, el síndrome del impostor se ha convertido en un tema de creciente relevancia en el campo de la psicología. Este fenómeno, que afecta a personas de todas las edades y profesiones, se ve exacerbado por las redes sociales que fomenta la constante comparación con los demás. En este artículo exploramos:




¿Qué es el síndrome del impostor?
¿Qué es el síndrome del impostor?


¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR?

El síndrome del impostor se refiere a la creencia persistente de que uno no merece sus logros y es un fraude, a pesar de evidencias de éxito y competencia. Las personas que padecen este síndrome sienten que han engañado a los demás para alcanzar sus propósitos y viven con el miedo constante a ser descubiertas y por tanto rechazadas.



ORIGEN DEL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

Este término fue acuñado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, cuando observaron que muchas mujeres exitosas se sentían como farsantes en los contextos laborales. Aunque inicialmente se pensaba que afectaba principalmente a mujeres, investigaciones posteriores han demostrado que hombres y mujeres por igual pueden sufrir de este síndrome.



EL IMPACTO DE LAS REDES SOCIALES

En la era digital, el efecto de las redes sociales sobre la debilidad de la mente humana, amplifican el síndrome del impostor. Las plataformas como Instagram, LinkedIn y Facebook muestran versiones no reales, idealizadas de la vida y los logros de los demás, lo que puede llevar a una inquietud y comparación constante, así como una percepción distorsionada de la realidad. Esta comparación continua puede intensificar los sentimientos de insuficiencia y fraude.


El impacto de las redes sociales en el Síndrome del Impostor
El impacto de las redes sociales en el Síndrome del Impostor


SEÑALES DE ALARMA

Es importante reconocer las señales del síndrome del impostor para poder abordarlo adecuadamente:

  1. Dudas constantes sobre las habilidades propias: sentir que el éxito obedece a la suerte y no a las propias habilidades.

  2. Miedo a ser descubierto: temor constante de que los demás descubran que no se es tan capaz como se aparenta.

  3. Autoexigencia extrema: establecer estándares inalcanzables, exigirse para lograrlos y castigarse por no alcanzarlos.

  4. Desestimar logros: minimizar los éxitos personales y atribuirlos a factores externos.

  5. Perfeccionismo: sentir que todo debe salir perfecto para evitar ser "descubierto".

  6. Superstición y tics: este tipo de pensamientos ahondan en lo irreal.

  7. Enfermedades psicosomáticas: como resultado de la tensión percibida.



¿Cómo tratar el síndrome del impostor?

El tratamiento del síndrome del impostor puede implicar varias estrategias:

  1. Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamiento auto saboteadores.

  2. Mindfulness y aceptación: fomentar la atención plena y la aceptación para reducir la autocrítica. 

  3. Autocompasión: aprender a amarse por lo que uno es, tal cual.

  4. Autenticidad: enfocarse en la aceptación de aquello que es, aquello que es susceptible de mejora y en qué recursos está uno dispuesto a invertir para seguir lanzando una imagen falsa.

  5. Mentoría: buscar apoyo y orientación de mentores puede proporcionar una perspectiva externa y validar los logros.

  6. Registro de logros: mantener un diario de logros para recordar y celebrar los éxitos propios no inflados.

  7. Autoafirmaciones: practicar afirmaciones positivas para contrarrestar los pensamientos negativos.

  8. Enfoque en la interconexión y la naturaleza de la realidad: comprender que nada es absolutamente verdad o mentira, que todo depende de causas y condiciones, y que todos estamos interconectados. No hay personas inherentemente buenas o malas; estamos aquí para aprender de nuestras experiencias, incluidos nuestros errores. Lo que no nos gusta es parte de la realidad. , y mejorar continuamente.

  9. Enfoque sin valencia: trabajar sobre los apegos y rechazos. Aprender a relacionarnos con lo que no nos gusta como con lo que nos gusta o nos resulta neutro de la misma forma.

  10. Cuestionario a familiares y amigos: Un ejercicio revelador es pedir a las personas más cercanas, como la pareja, familiares y amigos, que respondan un breve cuestionario sobre tus habilidades y logros. Este cuestionario puede incluir preguntas como:

    • ¿Cuáles crees que son mis mayores fortalezas?

    • ¿Qué logros consideras que han sido más significativos en mi vida?

    • ¿Cómo describirías mi capacidad para enfrentar desafíos?

    • ¿En qué momentos has visto que soy más competente?

    • ¿Qué cualidades ves en mí que crees que yo no percibo?

    • ¿Qué logros o habilidades crees que subestimo en mí mismo?


Explorar sin valencia positiva o negativa esta retroalimentación puede ayudar a contrastar la percepción negativa que uno tiene de sí mismo y proporcionar una visión más objetiva quien uno es, más allá de la imagen externa.



RELACIÓN CON LA TIMIDEZ Y LA FOBIA SOCIAL

El síndrome del impostor comparte algunos rasgos con la timidez y la fobia social, como el miedo al juicio negativo y la inseguridad en situaciones sociales. Sin embargo, mientras la timidez y la fobia social se centran en el miedo a la interacción social, el síndrome del impostor está más relacionado con la percepción de las propias capacidades y logros.


Ambos trastornos pueden coexistir, intensificando el impacto negativo en la vida de la persona. Por ejemplo, alguien con fobia social y síndrome del impostor puede evitar oportunidades de crecimiento personal y profesional por miedo a ser juzgado y descubierto como un "fraude".



PROPUESTA DE REFLEXIÓN

El síndrome del impostor es un reto significativo en nuestra sociedad actual, exacerbado por las redes sociales y la constante exposición a vidas aparente e ilusoriamente perfectas. Reconocer y abordar este síndrome es crucial para el bienestar psicológico y profesional. Si te sientes identificado con estas señales, recuerda que no estás solo y que hay estrategias y apoyos disponibles para superar estos sentimientos.


Reflexiona sobre tus logros y permítete reconocer tu valor. Recuerda que todos, en algún momento, hemos dudado de nuestras capacidades, pero eso no disminuye nuestro verdadero potencial y de ninguna manera nuestro “SER” humano. ¿Te sientes a menudo como un impostor en tu propia vida? Quizás es momento de redescubrirte y celebrar quién eres realmente. Como psicóloga especializada, puedo ayudarte a trabajar mejorando tu autoestima.




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