Cuidar a la familia en tiempos complicados puede ser un desafío, pero es muy importante con el objetivo de cuidar y proteger la unidad más importante de la sociedad: la familia.
Proponemos algunos consejos que pueden ayudar:
1. Mantener una comunicación abierta: Es importante mantener una comunicación abierta con los miembros de la familia para asegurarse de que todos estén al tanto de los desafíos y cómo abordarlos juntos. Esto también ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
2. Ser flexible y adaptable: En tiempos complicados, puede ser necesario ser más flexible y adaptarse a los cambios en la rutina y en la vida diaria. Trate de ser abierto a nuevas formas de hacer las cosas y de hacer ajustes según sea necesario.
3. Mantener una actitud positiva: Mantener una actitud positiva y optimista puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en la familia. Trate de encontrar maneras de mantenerse positivo, como encontrar cosas que disfrutan hacer juntos o establecer metas positivas a corto y largo plazo.
4. Fomentar la resiliencia: La resiliencia es la capacidad de recuperarse de situaciones difíciles y superarlas. Fomentar la resiliencia en la familia puede ayudar a enfrentar mejor los desafíos futuros. Alentar a los miembros de la familia a encontrar maneras de hacer frente a los desafíos y aprender de ellos puede ayudar a desarrollar la resiliencia. Modelar el autocuidado, ser un ejemplo de un sano egoísmo.
Cuidarse a sí mismo: Es importante cuidarse a sí mismo para poder cuidar a los demás. Asegúrese de dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente, comer saludablemente y hacer tiempo para relajarse y hacer cosas que disfruta. Esto puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y asegurarse de estar en la mejor posición para cuidar de la familia.
“La familia es demasiado íntima para ser preservada por el espíritu de la justicia. Puede ser sostenida por el espíritu del amor, que va más allá de la justicia”.
-Reinhold Niebuhr-
Elisa e Irene llegaron a terapia con un objetivo muy claro: poder sostener su amor después de sus dos divorcios y con tres hijos en total de estos matrimonios previos.
Durante el proceso de terapia desmontan mitos y sueltan creencias obsoletas relacionadas con los modelos de familia que aprendieron en sus propias familias, mientras van comprendiendo e integrando tres principios que hacen que una familia sea más saludable :
La pertenencia.
Todos los miembros de una familia tenemos el mismo derecho de pertenecer. Es nuestro derecho por nacer; el nacimiento nos da un lugar en la familia, no nos lo pueden arrebatar, tampoco cuando fallecemos. No existe grado de pertenencia superior o inferior, todos pertenecemos.
El orden.
En el sistema familiar se respeta el orden cronológico, de forma que los padres están antes que los hijos, el primogénito antes que el segundo y así sucesivamente.
El equilibrio entre dar y tomar.
Al igual que en la naturaleza, en las familias las relaciones se equilibran según un intercambio equitativo entre dar y recibir. Y al igual que en los animales mamíferos entre padres e hijos, el intercambio se realiza diferente: los padres dan la vida a los hijos, el hijo recibe la vida de sus padres.
Después de varias sesiones en las que trabajamos sobre ésto, Irene*y Elisa* han podido perdonar las muchas injusticias vividas en los periodos de separación de sus dos parejas anteriores, les han dado un buen lugar a los dos padres de sus hijos y han soltado los apegos a formas de ser y estar en familia que no fluían con sus valores. Con cariño y respeto a los sistemas familiares que les preceden están creando su familia con su estilo y sus propias normas. Además, lo hacen al abrigo del espíritu del amor, que va más allá de la justicia.
Si quieres agendar una sesión de terapia online para pareja, individual o familia abre el siguiente enlace pinchando aquí.
*Gracias a las personas que inspiran este artículo por la generosa autorización para utilizar nuestra conexión compartida desdibujando los personajes y las historias para preservar el anonimato.